ANCARES ES UN RÍO
ANCARES ES UN RÍO
El título o encabezamiento anterior puede semejar algo pretencioso, mas no es ése el interés que persigue. Simplemente, se ha de dar por sentado que, en los años 50 del pasado siglo, Ancares se reducía a Candín, o sea, el territorio más caracterizado por la Sierra que originaba este curso de agua. Sin embargo fue llegada la década de los 70, estimo que por motivos político-administrativos, cuando esta denominación empezó a aplicarse a otros municipios aledaños: Forniella o Fornela, Balboa y Cervantes. Ya, con el acceso de España a la Comunidad Económica Europea de entonces a partir del 1 de enero de 1986, por razones espúreas y para recibir Fondos de Cohesión y de Desarrollo Regional se creó la etiqueta falsa de "Los Ancares", incluyendo finalmente con una falta total de criterio a Ayuntamientos como Corullón o Baralla, algo que no ocurrió con los dos primeros Planes de Ayuda europeos (Leader I y Leader II). O a Entes locales que, más bien, se hallaban en el espacio de la Sierra del Caurel o en el área de influencia del Río Navia.
LUGARES DE INTERÉS TURÍSTICO:
Entre los exponentes de la gran calidad y variedad del término municipal de Candín, por lo que respecta a atractivos turísticos de cualquier género, se deben señalar:
- Las Pallozas y el Mirador de Balouta.
- El Lago de Cuiña.
- El Pico Miravalles, la cima de la Sierra.
- La Iglesia Parroquial de Suárbol, construida con piedra de sillería, guardando una armonía total con el resto de edificaciones que fueron levantadas con el mismo material, de la misma manera que la cerca emparedada que circunda el Templo. Lo que significa que el oficio de cantero tuvo una cierta relevancia por estos lares.
TEORÍA DEL POBLAMIENTO:
Ancares era el primer lugar o enclave donde recalaban los pastores trashumantes en su afán de encontrar pastos abundantes y frescos cada verano. En esta estación todo conforma un ambiente y clima apacible, entre lomas achatadas y desgastadas en medio de una naturaleza agradable y acogedora. Ello impulsaría a que algunos de estos hombres decidieran aposentarse e instalarse en estas tierras y en ellas echaran sus raíces e hicieran su vida. La historia transmitida nos ha insinuado que el primigenio núcleo habitado fue Villasumil.
Si, en realidad, supieran a ciencia cierta las condiciones que les aguardaban, muchas de estas gentes no se hubieran asentado en este territorio. Enseña el refrán popular que hay que pasar "cuatro meses de invierno (en el estío) y ocho de infierno (por las nevadas)". No obstante, la situación tal vez no fuera tan extrema: la aportación y ganancia económica proporcionada por el ganado hizo de los lugareños buenos comerciantes, activos en las ferias y mercados. Se las ingeniaron, por ejemplo para, después de unas cuantas horas de fuso, lograr prensar los panales de las colmenas que eran destinados y apreciados para la fabricación de cirios y velas. También se especializaron los más avispados en la intermediación entre comerciantes en el negocio de los pescados o de los aguardientes.
Y, precisamente, Villasumil es un núcleo prácticamente deshabitado en la actualidad: la gran mayoría de los vecinos censados se han traslado paulatinamente a otras poblaciones, en la búsqueda de unas oportunidades en la ciudad que se les negaban en su lugar de nacimiento. Y de ello, impertérrito e imperturbable, ha sido testigo el Castañeiro de Cantín. Datado de tiempos inmemoriales, espera en su refugio y con timidez en la contemplación reflexiva de la penumbra, todos los avatares y sucesos. Los achaques de los años no pasan "en balde" y, resacoso y con su tronco casi vacío, quizá se quede el último para despedir al postrer habitante que, con su marcha, certifique el ocaso del pueblo. Eso sí, constituyéndose en el acompañante más fiel de la Iglesia de San Bernadino.
Relata a quien lo quiera escuchar su dueño que, hará unos 48 años, se convino en cortar su cañón principal a la altura de los 9 metros en la esperanza de que rejuveneciera. El dramatismo y efecto del corte en un árbol tan enorme no alcanzó los resultados apetecidos y, mejor así, pues la admiración y sorpresa que causa el tronco demacrado y sin sustancia son de una grandiosidad ostensible. El amo, con todo el cariño que ha dedicado a este espectador antiquísimo, afirma: "tengo mucho andado por ahí, y no he visto nunca un castañeiro tan grande". Y si, en algo sí que hay que asentir, es en que la gran impresión de un tronco como el referido es insuperable.
LA SIERRA DE ANCARES:
En el extremo casi Noroeste del Bierzo, atesora un conjunto de características específicas y de tal transcendencia y valor medioambiental que han desembocado en que haya sido declarada e investida, con una extensión amplia a todo el espacio conexo, como paraje pintoresco ya desde 1971. Los paisajes y panorámicas, los núcleos típicos y etnográficamente únicos, la flora casi virgen y la fauna, donde resaltan las de montaña, crean una atmósfera de añoranza y contextualizadora que delata las huellas y costumbres ancestrales de los celtas en El Bierzo.
Las localidades del municipio de Candín son aldeas, en general, con unas decenas de residentes (o menos), de doblamiento disperso: Lumeras, Villarbón, Sorbeira, Candín, Espinareda de Ancares, Suertes, Villasumil, Pereda de Ancares, Tejedo de Ancares, Suárbol y Balouta.
SUÁRBOL: Como elemento a contemplar se ha de mencionar la Iglesia a la que ya se hizo referencia. Su arquitectura es muy peculiar ya que mezcla en una manifestación armoniosa los elementos y materiales tradicionales del entorno con otros del arte barroco clasicista del siglo XVII y con una nota de lo más llamativo y extraordinario, que es el conjunto portical con su composición de cinco arcos de medio punto, con una vista y orientación al mediodía.
LA RUTA DE LOS PUEBLOS PERDIDOS:
Tomando como punto de partida la carretera que transcurre por el Valle de Ancares, es interesante llegarse hasta Villarbón y observar su puente. Hay, pues, que cruzar el río e internarse camino arriba por la ribera en dirección a Villarbón. El bosque, tan tupido y majestuoso, imposibilita una perspectiva del paisaje. No obstante, en contados momentos, se ve el otro lado del valle con un imponente e increíble corte profundo en el roquedo, conocido como las Peñas del Diablo.
EL RÍO ANCARES: PESCA, SENDERISMO Y AGUAS BRAVAS.Ventana externa
El río Ancares discurre por el extremo norte de la región de El Bierzo-Sil. Su denominación es la que ha adoptado desde tiempos antiguos la Comarca tradicional y genuina de Ancares.
Surge en el pico de Miravalles, la cumbre más alta, atravesando en buena parte de su trayecto o itinerario zonas pizarrosas y esquistosas y de areniscas, que van disminuyendo de tamaño progresivamente hasta alternarse con limos o zonas fangosas al penetrar en la depresión tectónica berciana.
Sus corrientes son rápidas en general por el desnivel que salva, formando pozas y tabladas, por diferencias o irregularidades respecto a su profundidad.
Transita por un estrecho valle cuya angostura se evidencia mayormente entre Sorbeira y San Martín de Moreda.
Sus afluentes más relevantes son, entre otros, el río Cuiña y el río Suertes (o de la Vega), acotado y vedado en la temporada de pesca desde el puente viejo de Espinareda hasta su confluencia con el río Ancares.
La anchura o amplitud media del lecho o cauce oscila entre los 4 y 8 metros en los tramos altos hasta entre 10 y 20 metros, en las zonas medias y bajas.
Actualmente se inserta en el ámbito de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Vierte una buena cantidad de caudal al río Cúa.
Otro afluente a enumerar por sus cualidades es el río Sorbeira.
Son un sinfín el número de riachuelos, arroyos, manantiales y fuentes que también acaban en el río principal correspondiente y sus apelativos no suelen ser hidrónimos, sino más bien nombres comunes, usuales y frecuentes. Tal es el caso del río de la Presa, el Carballal, la Reguera, Viñeisa, Miravalles (orónimo), Matón, Barranco del Molín Ramón,…
El coto más reconocido y tradicional por la calidad y cantidad de sus truchas fue el comprendido entre el puente de Villarbón y el de Pereda de Ancares. Para acceder al primero y proseguir después por el Valle del mismo río Ancares, tomando como punto de partido Vega de Espinareda, hay que encaminarse por la carretera que pasa por las localidades de Sésamo, Sorbeira, Candín y Pereda. No obstante, existe la alternativa aconsejable continuando hacia Tejedo. Desde aquí y, a través de una pista dificultosa e incómoda, se llega a Balouta. Esta aldea conserva el sabor ancestral de épocas remotas, que se hacen patentes en las peculiaridades y urbanismo característico del que fue poblado pre-romano, con sus viviendas de piedra, de planta o dibujo circular y techumbres o cubiertas de paja acondicionada ("teitos") y con las plazas, foro y calles o viales empedrados.
La ruta tomada a partir de Tejedo permite y facilita la observación de parajes y estampas de gran belleza, en una serie de frondosos e intrincados bosques, donde especies añosas (con ciertos ejemplares centenarios) y una maraña de maleza y matorral espeso y tupido se erigen en generosos, virginales, originales y auténticos encantos de la madre naturaleza.
MARCELINO B. TABOADA
http://bierzonatura.blogspot.com/
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Publicado por VRedondoF para Teeb el 1/18/2010 01:06:00 PM