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[Ancestros] s2t2 -(5) El 2 de mayo de 1808

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN
El día 2 de mayo de 1808, como era de prever, España se dio de bruces con lo inevitable. A partir de la entrada en Madrid de las tropas mandadas por el mariscal Joaquín Murat, gran duque de Berg y lugarteniente de Napoleón en nuestro país, los enfrentamientos entre la soldadesca y el pueblo llano habían sido constantes, resultando asesinados cada día una media de entre dos y tres franceses desde finales del mes de marzo hasta que estalló el «día de la cólera», en afortunada expresión de Arturo Pérez Reverte
FirmaTexto: Javier Tomé y José María Muñiz
 JESÚS
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN(5) El 2 de mayo de 1808 MAÑANA La Junta Superior de León
Gregorio Cuesta, capitán general de Castilla la Vieja

La chispa inicial de la revuelta se localiza en el palacio real, cuando un grupo de curiosos contempló estupefacto como el infante Francisco de Paula, hijo menor de los reyes, se echaba a llorar por no querer subir al coche dispuesto por los ocupantes. El cerrajero José Blas Molina entró a la carrera en palacio y, al poco, salía gritando: ¡Traición! ¡Nos han llevado al rey y se nos quieren llevar a todas las personas reales! ¡Mueran los franceses! Los presentes se abalanzaron sobre el carruaje para cortar los tiros de las caballerías, en una explosión de furia reprimida por el batallón de Granaderos de la Guardia con una descarga de fusilería que causó un río de sangre. La noticia corrió por Madrid a la velocidad del rayo, transformando a manolas, chisperos, granujas y holgazanes en guerreros al calor del fuego patriótico que inflamaba al país , según dijo Galdós. Gente enloquecida se arrojaba a los pies de los caballos, mientras una sucia lucha callejera se extendía desde la Puerta del Sol a los barrios populares. Agua y aceite hirviendo caían desde los balcones sobre los escuadrones de polacos y mamelucos, en una epopeya de heroísmo colectivo y coral que sería retratada en toda su cruel expresión por Francisco de Goya. A pesar del fondo enigmático que aún rodea a un acontecimiento tan legendario, está fuera de toda duda que las clases políticas y militares mantuvieron una actitud cobarde y neutral ante un explosión aureolada por toda la grandeza de las batallas perdidas, pues tan sólo dos oficiales de alta graduación, Daoiz y Velarde, se sumaron a la revuelta desde el parque de artillería de Monteleón. Las poderosas y curtidas tropas galas lograron finalmente hacerse con el control de la capital de España, iniciando de inmediato una brutal represión. Al anochecer del 2 de mayo comenzaron los fusilamientos en el paseo del Prado, las puertas del Retiro o la Casa de Campo, encendiendo la mecha de un artefacto emotivo cuyos ecos llegaron, naturalmente, hasta la provincia leonesa. Aquí en la capital, como en otros muchos puntos del país, las élites dirigentes se encontraron ante una peliaguda disyuntiva: por un lado, estaban avocadas a condenar la masacre acontecida en Madrid; pero en otro sentido, apoyaban secretamente las ideas ilustradas y consideraban a los franceses como palanca de modernidad y freno para la plebe incontrolada. Grave dilema moral que llevaría al Consejo de Castilla a salir a las calles madrileñas al mediodía del 2 de mayo, para aplacar la ira popular y tratar de apaciguar los ánimos. Idéntico ánimo conciliador predominaba en la Chancillería de Valladolid, a cuya jurisdicción pertenecía León, donde se redactó el día 5 de mayo un bando que solicitaba no se vea alterada la buena armonía con las tropas francesas y que no olvidase la nación española lo que exige la hospitalidad y las órdenes repetidas del monarca para con las tropas francesas.

El gorro de Napoleón Igualmente, la Chancillería vallisoletana decía esperar que en los pueblos por donde pasaran los galos, se les proporcionen cuantos auxilios necesiten, que los jueces tengan bajo su protección a cualquier individuo de aquella nación que se halla visto insultado o atropellado, administrándoles pronta y severa justicia . No resulta extraño que tan servil actitud causara la ira del populacho más exaltado:

¡Viva España!

¡Viva la Religión!

Yo me cago en el gorro de Napoleón. Aún más, los leoneses exigieron al Ayuntamiento que remitiese un oficio a dicha Chancillería, con la intención de conocer sus auténticos sentimientos a propósito de la situación del país. La respuesta de don Gregorio Cuesta, capitán general de Castilla la Vieja y presidente de la institución, fue la siguiente: su modo de pensar es y será siempre muy conforme y subordinado al de nuestro Gobierno Superior. A éste y no a los particulares corresponde deliberar sobre los negocios del Estado; lo demás, sobre ser opuesto a los primeros deberes de vasallo y de católico, produce la anarquía, es decir, la destrucción de la Monarquía y el Estado, el mayor de los males políticos. Todas las Personas Reales han renunciado solemnemente a sus derechos a la corona de España, absolviendo a los vasallos del juramento de fidelidad y vasallaje: no debemos, pues, intentar nada contra su expresa determinación, ni contra la Junta Suprema ( constituida en Madrid por orden de Murat ) que nos gobierna en nombre del emperador de los franceses, por el derecho que les han traspasado aquellas renuncias, bajo el pacto de nuestra independencia sin desmembración y de la conservación de nuestra Santa Religión. El emperador debe darnos un rey, en circunstancias que no le tenemos ni conocemos, quien tenga derecho a serlo.

La maquinaria del odio Tanta condescendencia y buenas modos no servirán de nada, pues el 24 de mayo llegó a manos del alcalde-corregidor, Josef Guadalupe, un pliego remitido por el duque de Berg, ordenando que la capital leonesa eligiera y mandase diputados a las Cortes que pretendían reunirse en Bayona el 15 de junio. La exasperación ciudadana llegaría al paroxismo el día 27 de mayo, al conocerse el bando que anunciaba la renuncia de la corona de España en Bonaparte, así como la proclamación del propio Murat como teniente general del Reino. Aquel mismo día se supo que el Principado de Asturias había declarado oficialmente la guerra a los usurpadores franceses, lo que se tradujo en un incesante ir y venir de reuniones y pronunciamientos redactados en los conventos y en las casas de los canónigos. La piel serena de León se estremeció con una serie de desórdenes que se multiplicaron desde la plaza de San Marcelo hasta la Catedral y la Plaza Mayor. Ese mismo día 27, la ciudad envió un estudiante al vecino reino de Galicia, invitando a los ciudadanos a unir fuerzas para defender al depuesto rey, al suelo español de la presencia enemiga y a la Religión. El Ayuntamiento, por su parte, remitió otro escrito al Capitán General de Galicia, a fin de conocer qué sentimiento tiene sobre las órdenes que se han comunicado, anunciando la renuncia de la corona en favor del emperador de los franceses.

La maquinaria del odio se había puesto definitivamente en marcha y los vecinos, temerosos de que los franceses pudieran plantarse ante las puertas de la ciudad en cualquier momento, comenzaron a solicitar la entrega de armas a las autoridades, que todavía se mostraban reacias a dar semejante paso. Los amotinados interceptaron el correo de Madrid y amenazaron con quemar la ciudad en caso de que no se accediese a sus peticiones. Ante la extrema presión popular, por fin se comenzó a distribuir armas entre los paisanos y se acordó convocar la Junta del Reino de León, organismo que habría de aquietar los desatados ímpetus del pueblo y trataría de salvar el honor de la provincia y sus gentes. A petición del obispo se acordó celebrar la reunión en la mañana del 30 de mayo y en el Palacio Episcopal, a la que habrían de acudir los capitulares de la capital, los prebendados y otras dignidades de la Iglesia, representantes del clero secular y regular y caballeros particulares, además de dos diputados nombrados por cada parroquia con la facultad de elegir entre todo el vecindario seis vocales para la Junta provincial.

Fúnebre pesimismo

En un ambiente de abatimiento y fúnebre pesimismo, provocado por las lamentables noticias que trajo a León el vizconde de Quintanilla y un puñado de Guardias de Corps que llegaron huyendo desde Burgos, tuvo lugar la constitución de la Junta de Gobierno de León, la cual dio a conocer mediante un bando las razones de su formación, sus competencias y composición. Entre su miembros se contaban personajes con tanto relieve social como Felipe de Sierra Pambley, el propio vizconde de Quintanilla, Josef Azcárate, Luis de Sosa, Manuel Castañón, Fausto Escaja -tesorero de la Casa de Luna-y Rafael Daniel, arcediano de Valderas. La Junta así compuesta asumió los resortes del poder en la provincia hasta que no se repusiera en el trono a Fernando VII o a otra persona real legítimamente constituida, al tiempo que cesaba en sus funciones a todas las autoridades establecidas, tanto políticas como militares, hasta que se subordinaran a sus disposiciones y recibieran una nueva investidura.

Al día siguiente, y contando con la presencia del capitán general, el antes reticente Gregorio de la Cuesta, la Junta acordaba aumentar su composición en un diputado por cada una de las provincias de Castilla la Vieja, con la finalidad de tener jurisdicción sobre todas ellas en los aspectos de armamento y subsistencia para el ejército. La magna y patriótica asamblea incluyó entonces a notables como Lorenzo Bonifaz, por Zamora, José Morales, en representación de Valladolid, o José Jiménez de la Morena, por Ávila. De esta forma quedó constituida la Junta Superior de León, nacida como consecuencia de la necesidad imperiosa de organizar la ciudad ante un conflicto que se anunciaba inminente. Y también, a causa de la revolucionaria presión de un pueblo que exigía la sustitución de la desaparecida potestad real por otra autoridad efectiva y local.


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Publicado por VRedondoF para Ancestros el 5/27/2008 12:57:00 PM
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[CAJON] s2t2 -El anti-leonesismo, enfermedad infantil del bercianismo

OPINIÓN/ El anti-leonesismo, enfermedad infantil del bercianismo PDF Imprimir E-Mail
lunes, 21 de abril de 2008

Por Manuel E. Morán García

Al menos para los aficionados al fútbol a uno y otro lado del Manzanal, el domingo 27 de abril no será un domingo más. Vuelve el clásico provincial, Cultural vs. Deportiva, uno de esos encuentros en los cuales la victoria sabe a ambrosía y la derrota es pura hiel. Sin embargo, no quiero entretenerles con tópicos futboleros. Muy al contrario, estas líneas pretenden modestamente contribuir a erradicar un comportamiento que, aparte de grosero, no aporta nada a la reivindicación sensata, justa e incluso necesaria de la identidad berciana.


Todos conocemos la frasecilla que anuda, a modo de insulto, la hipócritamente denostada "profesión más antigua del mundo" con el nombre de la ciudad de León. Esta poco imaginativa muestra de forofismo no merecería mayor comentario puesto que la afición de la Deportiva ha dado muestras más que sobradas de ingenio y elegancia. La traigo a colación, no obstante, para dar cuenta de un fenómeno mucho más preocupante, que consiste en hallar en el insulto y la negación del otro la afirmación de lo propio. Efectivamente, en más ocasiones de las convenientes se entiende como manifestación de bercianismo una hostilidad innata hacia todo lo que esté, suceda o venga del este del Manzanal. Ello constituye una reacción irreflexiva ante la incapacidad de expresar positivamente el compromiso con una tierra y sus gentes, más allá de una pueril necesidad de identificación tribal. Parafraseando J.F. Kennedy, si al "no te preguntes qué puede hacer El Bierzo por ti, sino qué puedes hacer tú por El Bierzo" sólo podemos contestar insultando al vecino, no parece que haya mucha esperanza de madurar.

Decía Manuel Vázquez Montalbán que, más allá de datos objetivos, El Bierzo, es un estado de ánimo, un sentimiento mágico. Por esa línea poco se puede avanzar. Los sentimientos son resistentes a la razón, pero no deberían impedir a nadie fascinarse por las vidrieras de la catedral gótica más hermosa del mundo, a pesar de que esté en León. Honestamente, creo que debemos replantearnos las cosas para situar nuestra identidad en su contexto y hacerlo en términos positivos. Un par de ideas en torno a cada aspecto.

Por lo que hace al contexto, la búsqueda de la propia identidad parte de la necesidad de ser reconocido como distinto entre aquellos a quienes consideramos iguales. En ese sentido, no creo que nadie cuestione la incardinación de El Bierzo en España, si descontamos algún minoritario y tan bien intencionado como ingenuo panceltismo, o un no tan inocente pangalleguismo independentista. Aun respetando estas últimas opciones, resulta claro que la mayoría inmensa de los bercianos nos consideramos, sin mayores problemas, españoles.     ¿Cuál es, entonces, el sitio que reclamamos dentro de España? Una petición maximalista y delirante pasaría por recuperar el viejo fantasma provincial y de paso una autonomía uniprovincial; por pedir que no quede.

Tal y como está marcado a fuego en nuestro imaginario colectivo, en 1822 se creó la Provincia de Villafranca del Bierzo. Ahora bien, mal que nos pese, tuvo una vida efímera, desapareciendo en 1823. Una década después, Javier de Burgos pondría fin al breve sueño provincial, pasando El Bierzo a incorporarse a la provincia de León. Ahí comenzó la pesadilla antileonesista, pero es preciso reconocer que, por muy sugerentes y hermosos que sean, como decía el poeta, los sueños, sueños son. Modificar el mapa provincial y autonómico requeriría no sólo una modificación constitucional, sino alterar una división territorial que, desde 1833, ha sobrevivido a una república Federal, una monarquía claudicante, una república de trabajadores, una dictadura ignominiosa, y la reciente experiencia monárquica constitucional y autonómica. Por tanto, es dentro del marco constitucional y provincial vigente donde hay que buscar datos objetivos y razonables que anclen nuestra identidad más allá del antileonesismo. A mi juicio, esos datos vienen más avalados por la geografía y el presente que por la historia.

Hace más de treinta años, tuve el privilegio de ser alumno de Tomás Garnelo. Con una de aquellas frases impactantes con las que solía provocarnos, este verdadero maestro nos decía que si la historia es madre de la vida, la geografía es madre de la historia. Con aséptica actitud, cifraba el inefable profesor nuestros primeros e incontestables hechos diferenciales: a) vivimos en el límite o punto de encuentro entre los climas atlántico y mediterráneo, dominantes en la península ibérica; b) la hoya berciana está completamente rodeada por montañas que alcanzan los 2.000 metros, de ahí, etimológicamente proviene su nombre y no de vergel ni nada parecido; c) El Bierzo cuenta con su propia cuenca hidrográfica, vertebrada en torno al mítico Sil, en el que desembocan todos los demás ríos bercianos. Esta singularidad orográfica, hidrográfica y climatológica se ha traducido, como es lógico, en una cultura parcialmente diferenciada, que se viene articulando en torno a un entramado institucional, reflejo de nuestra dimensión supramunicipal, que debiera dar paso a un futuro verdaderamente comprometido con lo nuestro, más allá del fácil recurso al "no somos leoneses". Por orden de aparición: a) mancomunidad de municipios de Ponferrada, b) estatuto de comarcalización de El Bierzo, c) mancomunidad de municipios del Bierzo Central.

El 7 de marzo de 1969, el consejo de ministros aprobaba los Estatutos de la Mancomunidad de Municipios de la Comarca de Ponferrada. Con ella se reconocía implícitamente la existencia de una realidad particular, que tiene problemas propios y necesita respuestas igualmente propias. Según el art. 2° de sus Estatutos son objetivos de la Mancomunidad: ejecutar obras de abastecimiento de agua potable a las localidades pertenecientes a los municipios que la integran, así como las obras de alcantarillado y saneamiento de sus núcleos de población; instalar y adquirir un servicio común de extinción de incendios; crear un servicio y realizar comunicaciones intermunicipales; promover e impulsar el desarrollo industrial, agrario y docente de la comarca.

Tras ese primer reconocimiento del hecho comarcal, actualmente El Bierzo goza del único Estatuto de Comarcalización de Castilla y León, tal y como quedó establecido por la Ley 1/1991, de 14 de marzo. Se producía así el reconocimiento jurídico de algo que aquí todos hemos tenido claro desde siempre, aunque no hayamos encontrado cauces adecuados para expresarlo. A tenor de lo dispuesto en el art. 4 de la Ley de comarcalización, son competencias propias del Consejo Comarcal: ordenación del territorio y urbanismo, sanidad, servicios sociales, cultura y deporte, salubridad pública y medio ambiente, turismo y tradiciones populares, artesanía, agricultura, ganadería y montes, minería, ferias y mercados comarcales, energía y promoción industrial.

Como último ejemplo de esta articulación que expresa una realidad más amplia que el pueblo o el partido judicial y sentida como diferenciadora, los Municipios de Arganza, Cabañas Raras, Cacabelos, Camponaraya, Carracedelo, Sancedo, Priaranza del Bierzo y Villadecanes, constituyen la denominada "Mancomunidad de Municipios Bierzo Central". Según el art. 3 del Proyecto definitivo de sus estatutos, son fines de esta entidad local: recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos; servicio de alumbrado público; desarrollo y actividades turísticas, culturales y deportivas de los Municipios integrantes; promoción agrícola, ganadera e industrial de los municipios integrantes; defensa y protección del Medio ambiente; limpieza de vías públicas; abastecimiento de agua potable; alcantarillado y saneamiento de aguas residuales y tratamiento de lodos; acceso a núcleos de población, servicios sociales.

Este entramado institucional y competencial constituye el trasunto efectivo de nuestra identidad, con posibilidades reales de madurar y superar la versión exclusivamente negativa o de contraste del ser berciano. A mi modo de ver, son base suficiente para comenzar a cimentar nuestro sentimiento de pertenencia a una realidad que supera lo puramente local y se reclama distinta de la leonesa y castellana. Aprovechemos la ocasión, máxime cuando estas instituciones, al margen de las diferencias políticas legítimas, están lideradas por auténticos paisanos, en el noble sentido de la palabra. Exijamos de ellos eficacia, coordinación y buena gestión en beneficio de nuestra tierra y nuestras gentes. Reclamemos para ellos competencias con contenido real y no sólo grandilocuente declaraciones programáticas.

Y ahora si, a disfrutar con humor de la segura victoria de la S.D. Ponferradina: lo siento, vecinos leoneses, pero el año que viene no vamos a venir.



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Publicado por VRedondoF para CAJON el 5/20/2008 10:24:00 AM
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[Ancestros] s2t2 -(4) El pueblo en armas

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN
El día 24 de abril de 1808, el genio del pueblo leonés salió definitiva e irremediablemente de la botella, manifestándose en defensa de los derechos del «deseado» Fernando VII. Aún no se tenía claro si la amenaza provenía del todopoderoso Napoleón o bien era consecuencia de los turbios manejos tramados por el detestable Godoy, pero el caso es que los ciudadanos se manifestaron y sacaron a relucir gallardetes y retratos
FirmaTexto: Javier Tomé y José María Muñiz
 ARCHIVO
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN(4) El pueblo en armas MAÑANA El 2 de mayo de 1808 Rogativas en la Catedral
El mariscal Murat, lugarteniente de Napoleón en España

Así lo recoge un sensacional documento de época que se cobija en el archivo municipal: Y en esta disposición, rodeando la casa del Ayuntamiento, pedían a grandes voces los Pendones de la Ciudad para proclamar vuestro nombre. En este mismo punto aconteció que, sonando las cajas de la ciudad en aquel recinto, anunciaban la publicación de un nuevo bando; se sorprenden los corazones, se aumenta su agitación y la voz del Pregonero impone un silencio general. El verbo de la autoridad se hizo oír en medio de una expectación sepulcral: Era, Señor, la Real Orden que V.M. firmó en Burgos el 12 del corriente, cuyo beneficio contenido apenas inspiró al reunido Pueblo la idea cierta de los inmensos Rasgos de Bondad que abriga vuestro Magnánimo Corazón, cuando de improviso vuelve a arder en entusiasmo con un fuego inextinguible. Se repiten los vivas, se aumentaron las exclamaciones y se reitera la intimación de tremolar los pendones. A un empeño tan fiel, tan leal y significativo de su amor eterno a vuestra Persona, no pudo negarse este Ayuntamiento, cuyos individuos no estaban menos inflamados que los que constituían el Pueblo entero. Y así fue, Señor, que se condescendió a sus ruegos sacándolos a la misma hora y conduciéndolos uno de los Regidores, acompañado de varios sujetos de carácter y seguido del inmenso Pueblo entre una confusión de voces agradables, hasta las casas consistoriales donde se tremolaron y fijaron a la vista del Numeroso concurso que no cesaba de loar y repetir vuestro nombre. Mito e historia se dan la mano en torno a aquellos hechos aureolados por la liturgia de los grandes acontecimientos: Suspiraban aún las Gentes por un retrato de V.M. y provisionalmente se hizo forzoso buscar y presentarles uno pequeño que se colocó entre los Pendones, dejándolos satisfechos por entonces, pero con la protesta de que a las tres de la propia tarde se había de colocar otro de mayor cuerpo bajo el respectivo dosel que también debía franquear la Ciudad, a cuyo efecto se había determinado que el retrato se condujese por el propio Regidor que había llevado los Pendones, pero de A caballo y acompañado de la Comitiva posible. A la citada hora, ya el pueblo impaciente, esperaba que se realizase la oferta, y en efecto, empezaron luego de presentarse en la Plazuela de la Casa del Ayuntamiento diferentes sujetos de distinción, que con otras varias Personas dirigidas al intento, formaban un acompañamiento numeroso y brillante, tanto por el ornato de sus Personas como por los bien enjaezados caballos, que distribuidos en dos filas uniformes, a las que seguía el Regidor que llevaba el Retrato en medio de cuatro caballeros oficiales, se dirigió por las Principales Calles de la Ciudad hasta el referido consistorio.

Rey y padre El capítulo central de tan famosa jornada tuvo lugar frente al Ayuntamiento capitalino, donde estaba ya prevenida una Guardia de escopeteros y el Decano, que tomó y colocó el retrato en el balcón principal que estaba ya destinado y adornado al efecto, como todos los demás que se colgaron con anticipación, desde cuyo tiempo se pusieron dos centinelas a las esquinas del Dosel, en cuya disposición ha continuado todo el día y aun continuará algunos más, según el fervoroso entusiasmo que muestra este vecindario, el que, sin embargo de las ardientes Demostraciones de Júbilo y Algazara, se ha conducido con un miramiento plausible. Tal ha sido, Señor, el célebre suceso que este Ayuntamiento no ha podido ni ha juzgado que debía ocultar a V.M., no sólo para que vuestra Real bondad tenga la dignación de indultar este exceso generoso a un Pueblo que ama de veras a vuestra Persona, cuanto para que V.M. se entere de los verdaderos sentimientos que animan a los Leoneses en obsequio de Vos mismo que sois Nuestro Rey y seréis Nuestro Padre. El documento municipal acaba con el ofrecimiento de tomar las armas en caso de que don Fernando viera amenazado su trono: Así mismo cree este Ayuntamiento que debe hacer presente a V.M. no haberse podido desentender de formar notas de suscripción, a ruegos de estos mismos Ciudadanos, para el alistamiento de algunos Mozos solteros y aun casados, que voluntariamente (como todos sus compatriotas) se ofrecen a sacrificar sus vidas, en las actuales circunstancias, por la Sagrada Persona de V.M., que este Muy Leal Ayuntamiento pide a Dios conserve perpetuamente para la exaltación de vuestros Reinados . Estos son todos los pormenores de la crónica referida a la memorable jornada del 24 de abril de 1808, punto de partida para los males sin cuento que habrían de afligir a León de forma inminente.

Luis de Sosa y González Mérida Si hablamos de nombres propios, el coronel Luis de Sosa tomó parte muy activa en exaltar al pueblo para que acudiera a la Plaza Mayor y vitorease a Fernando VII, siendo también autor del parte que le encargó el Ayuntamiento narrando los acontecimientos, enviado posteriormente a la Regencia. No se quedó atrás Valentín González Mérida en cuanto a patriotismo, según informa él mismo en una carta fechada en Ponferrada el 26 de noviembre de 1809: Deja a parte el haber sido el primero que irritado al ver la felonía, la negra conspiración que se tramaba contra la augusta persona de nuestro joven y amado monarca en 24 de abril de 1808 (Época en que toda la Nación se hallaba aún sumergiéndose en el horror y abatimiento) tomó las armas despreciando los peligros que por todas partes nos rodeaban y el atroz terrorismo que sofocaba al valor y a la constancia, salió a la Plaza Mayor de la capital fiel de esta desgraciada provincia y con enternecimiento de todas las personas sensibles aunque con burla y desprecio de las infames y malvadas, dio principio al armamento de todas ellas, y tuvo la incomparable satisfacción de proclamar entre sus decididos y armados compatriotas el dulce y seductor nombre de Fernando, de tremolar sus augustos Estandartes, y de jurar la defensa de su sagrada persona, la de sus legítimos e inviolables derechos, y la de nuestra sacro-santa Religión. Tanto uno como otro, Luis de Sola y Valentín González Mérida, tienen sendas calles en la capital bautizadas con sus respectivos nombres, recordando la memoria de aquellos héroes locales. Hasta aquí la narración detallada de lo acontecido en León el 24 de abril de 1808, un levantamiento en defensa de Fernando VII y contra un enemigo declarado como era Manuel Godoy, aunque en ningún caso se trate de una insurrección contra los ejércitos franceses, que ni siquiera habían llegado para entonces a nuestra provincia, ni una proclamación de «independencia» contra el yugo de los invasores. No obstante, y al igual que ocurrió en otros muchos lugares de España, fueron varios los autores que en fechas posteriores imaginaron la hipótesis de que León era pionera en el rechazo a las tropas galas. La solución a esta patriótica competencia se halla en unas palabras del marqués de Ayerbe, en el sentido de que cualquiera de las provincias de España pudo serlo, pero no es ninguna por serlo todas, ya que se declararon en guerra creyendo ser las primeras en alzarse, y es tan corto el tiempo que medía entre unas y otras, que casi puede decirse que fue al mismo tiempo el movimiento en todas partes. Según afirmaron posteriormente algunos de los protagonistas de los hechos, como Luis de Sosa o Bernardo Escobar, tan inflamado y patriótico panfleto se remitió a la capital del Estado, apareciendo publicado en la Gaceta de Madrid . Al comprobar la gravedad de los sucesos, que podrían contagiarse a otras provincias y ciudades, el general Murat hizo quemar todos los ejemplares donde aparecía dicho parte y la Gaceta se reimprimió una vez suprimida la crónica de la proclamación en León de Fernando VII. La algarada del 24 de abril conmocionó a la capital, cuyos habitantes formaban corrillos en la Plaza Mayor, tradicional espacio público de diversión, de fiesta y de intercambios económicos y culturales, para comentar con creciente pesimismo las noticias que iban llegando por distintos conductos.

Al conocerse lo ocurrido en Madrid el 2 de mayo, inicio oficial del levantamiento español contra las tropas bonapartistas, el revuelo y la consternación popular tomarían forma en una rogativa solemne que tuvo lugar en la Catedral durante tres días seguidos, antes las veneradas reliquias de San Froilán, San Isidoro, San Marcelo y los mártires del monasterio de San Claudio. En las ceremonias, y a decir de un escritor contemporáneo, se respiraba una tristeza de presagio y un aire de aflicción y angustia, prólogo inmediato de la gran calamidad que habría de abatirse sobre esta provincia como una plaga asoladora. Unos y otros hablaban de tomar las armas y marchar a combatir a los malditos gabachos, esos anticristos que renegaban de todo lo que las buenas gentes tenían por sagrado. Y también, cómo no, para vengar a los anónimos héroes masacrados en Madrid:

¡Paredes del verde Prado, murallas del Buen Retiro, cuántas almas inocentes

murieron en vuestro sitio!


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Publicado por VRedondoF para Ancestros el 5/20/2008 12:52:00 PM
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[Ancestros] s2t2 -(3) 24 abril de 1808

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN
La ruleta de la vida leonesa giraba, a comienzos del siglo XIX, en torno a la religión, eterna fuente de fortaleza y consuelo. Las distintas órdenes tenían sus respectivas sedes y domicilios en los ya desaparecidos conventos de San Claudio y Santo Domingo, mientras que han llegado a nuestros días los de San Francisco, San Isidoro y el de San Marcos, aunque su dedicación actual sea muy distinta a la vocación jacobea con que nació el cenobio asentado a orillas del Bernesga
FirmaTexto: Javier Tomé y José María Muñiz
 ARCHIVO
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN(3) 24 abril de 1808 MAÑANA El pueblo en armas La revuelta de la hogaza
Abajo, Felipe Sierra Pambley, protagonista a su pesar de «la revuelta de la hogaza»

Capital eminentemente agrícola, tal como recuerda la comedia de Lope de Vega Los prados de León , las familias de labradores se asentaban en los arrabales de San Pedro, San Lorenzo y Santa Ana, reservando el interior del recinto amurallado para comerciantes, menestrales y la pujante escuela de canteros, vidrieros y artífices del hierro dedicados a embellecer los palacios y casonas señoriales. El pulso de León cobraba extraordinaria animación con motivo de las bulliciosas ferias de San Juan, de los Santos y de San Andrés, o el mercado de Ramos que servía como pórtico a la fúnebre y bastante tétrica Semana Santa. En cuando a las escasas industriales locales, el mejor botón de muestra era la Fábrica de Hilados que abrió sus puertas en tiempos de Fernando VI y cuya portada aún podemos admirar en los viejos juzgados de la calle del Cid. Otra bolsa de trabajo para los obreros leoneses se debía al buen obispo Cayetano Antonio Cuadrillero, impulsor del edificio destinado a Hospicio que se estaba levantando junto a la pradera de San Francisco. Un gran logro material y espiritual para aquel poblachón de hechuras medievales que, en afortunada frase del Padre Risco, era una de las ciudades más agradables y deliciosas del Reino .

El oro viejo del pasado dignificaba un entramado urbano que, por otra parte, no brillaba precisamente por su limpieza. Todo el mundo tiraba sus aguas mayores y menores por las ventanas de las viviendas, provocando que las calles presentaran un sucio y lamentable estado. El señor Quijada, regidor del Ayuntamiento en 1808, propuso en una sesión municipal que para mantener limpia y aseada la Plaza Mayor, le parecía que podía adoptarse el medio de obligar a las verduleras y pescaderas a que diariamente, al retirarse a sus casas después de la jornada de trabajo, llevasen todos los despojos de sus géneros fuera de la Plaza y que los moradores de las casas no debían arrojar al exterior sus respectivas inmundicias. Atrincherada en sus certidumbres, la capital leonesa vivía en una burbuja de modos y costumbres característica del Antiguo Régimen.

Bonaparte en los infiernos

El señor Escobar ofreció trasladar al Ayuntamiento cuanto le habían expuesto y que se haría todo lo posible para obtener dicha gracia. Muy satisfechos con la propuesta, suplicaron al regidor que repitiese al público lo prometido a ellos. Así lo hizo el munícipe y todos regresaron, contentos y tranquilos, a sus domicilios. El trasfondo de tan versallesca algarada, en opinión de la profesora García Gutiérrez, estaba en el descontento de los estudiantes y profesores del Seminario contra Sierra Pambley, comisionado regio en la venta de capellanías, causa real de la revuelta. La minoría interesada en el asunto debía presentar al pueblo un motivo más acorde con sus preocupaciones para que expresara su descontento, encontrándolo en los 4 maravedíes impuestos igualmente por el Príncipe de la Paz sobre cada cuartillo de vino. La tregua no escrita firmada por unos y otros el día 28 de marzo fue en realidad el preludio para una fecha clave en el registro de la memoria colectiva leonesa, como es la del 24 de abril de 1808.

Ciudad devota de sus tradiciones, León celebró con toda solemnidad la fiesta mayor del cristianismo que es la Semana Santa. Un puzzle de vivencias y emociones que rezuma solera, historia, tipismo y tradición, tal como se pudo comprobar durante la Pascua de 1808. Lamentablemente, no existían demasiados motivos para el regocijo, pues el deseado Fernando había salido de Madrid el día 10 de abril y de España el 19, camino de Bayona, y con el rey todas las esperanzas que los españoles pusieron en su persona. Así lo refleja un ilustrativo cantar:

Bonaparte en los infiernos tiene su silla poltrona, y a su lado está Godoy poniéndole la corona.

Rogativas por Don Fernando

Las leyendas son artículos de primera necesidad, por lo que el 24 de abril de 1808 ocupa un lugar de honor en el imaginario colectivo leonés. El pulcro manto de la ciudad se sobrecogió al darse a conocer, por parte del Ayuntamiento, la Real Orden de Fernando VII fechada el día 12 en Burgos, de camino hacia la frontera francesa. El monarca pedía rogativas públicas para implorar a la Divina Clemencia los auxilios para el mejor gobierno de los Reinos. Aquella recordada fecha, de la que ahora se cumple el doscientos aniversario, marca el final de la vida pacífica en la capital leonesa y el inicio de la tumultuosa agitación que no finalizaría hasta cinco años más tarde. Las actas municipales nos refieren lo ocurrido el 24 de abril: A las 10 de la mañana de ese día, hora en que recibe la ciudad el correo general, empezó a trascender la noticia de que en esa vuestra Villa y Corte (el escrito lo dirige el Ayuntamiento a Fernando VII) intentaron algunos malvados el día 20 del presente mes publicar edictos revolucionarios contra el sagrado gobierno que entroniza Vuestra digna persona, a tan buen grado y universal placer de todos vuestros vasallos que miran el celo exaltado de V.M., un regenerador de aquel antiguo ardor de los españoles debilitados por las sugestiones de un Balido (sic) que abusó de la notoria jurisdicción y beneficencia de vuestros Padres Augustos. Los repetidos conductos por donde se comunicó dicha noticia a diferentes sujetos de esta Ciudad, ocasionaron a un tiempo mismo, no sólo el que no se dudase de su Aserto, sino el que se llegase a vulgarizar entre todos los ciudadanos, que siempre decididos por la consolidación y firmeza de vuestro Reinado Paternal esperan con ansia las noticias prósperas y lisonjeras en favor de vuestro solio Augusto . El «yo» identitario leonés se sumó, pues, con entusiasmo al supuesto código de valores que encarnaba la monarquía de don Fernando, noble convicción expresada públicamente por los cada vez más enardecidos paisanos: En tal supuesto, agitados, Señor, todos los ánimos de estos fieles ciudadanos que no ceden en su amor y lealtad acendrada hacia Vuestra Real Persona, a los antiguos leoneses que tantos trofeos alcanzaron bajo los Gloriosos estandartes de los Predecesores Ilustres de Vuestra Señoría, juntándose en numerosos corrillos a cotejar sus pálidos semblantes, a la primera insinuación de un compatriota fiel repitieron millones de ecos: ¡Viva Nuestro amado Rey Fernando VII, mueran los conspiradores! Como el ruidoso lago que rompiendo sus diques elevados inunda los vallados contiguos, del tal manera, Señor, se desplegaron las cuadrillas de vecinos de todas clases por las calles y por las plazas, repitiendo entre incesantes alaridos y demostraciones emprendedoras ¡viva el Rey, mueran los malvados! El trueno que se produjo en los Pirineos tras el estallido de la Revolución Francesa, parecía presagiar el final de un ciclo histórico. Pero aquí en España, y mucho menos en León, nadie se atrevía a cuestionar el carácter sacrosanto de la monarquía encarnada por la dinastía de los Borbones. Si que existía un largo memorial de agravios en contra del favorito Godoy, a quien se catalogaba como pérfido usurpador de la voluntad real, por lo que Fernando VII comenzó a ser considerado como el gran libertador que habría de salvar al pueblo español de todos los males causados por el «mal gobierno». Pocos días después del motín de Aranjuez, ocurrido como hemos dicho el 17 de marzo de 1808, tuvo lugar en nuestra capital una protesta bautizada por algún historiador como el motín de la hogaza . Conocemos lo ocurrido por Bernardo Escobar, entonces regidor del Ayuntamiento y protagonista destacado en el suceso. Acompañado por el Alcalde mayor y don Benito Subira, acudió al domicilio de Felipe de Sierra y Pambley, administrador de la Caja de Consolidación de Valores y comisionado por el archidiablo Godoy en la venta de capellanías y obras pías.

El motivo de la visita estaba centrado en la supuesta ofensa hecha por don Felipe a un grupo de exaltados, que se plantaron frente a su casa pidiendo que les arrojara el retrato del despreciable Manuel Godoy. En lugar de ello, y a modo de burla, tiró una hogaza de pan. También estaban presentes cuatro comisionados por los gremios, quienes solicitaron se les quitase el nuevo impuesto de 4 maravedíes sobre cada cuartillo de vino, en atención a la subida al trono de don Fernando. Con toda compostura y prudencia, el regidor respondió que con el mayor gusto los complacería si tuviese facultades para hacerlo, pero que la concesión de esta gracia sólo dependía de la voluntad del monarca, así que únicamente a él debían acudir. Quedaron conformes con la respuesta los representantes de los gremios, pidiendo tan sólo que se hiciese llegar a S.M. sus deseos y lo gravoso que les resultaba dicha contribución por sí misma y porque se decía estaba impuesta por Godoy. Pero que si era voluntad del rey o necesaria para la corona la llevarían contentos, e incluso otras cargas mayores.


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Publicado por VRedondoF para Ancestros el 5/13/2008 12:50:00 PM
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[CAJON] 'Casual Day'

NOTA DE VRedondof :
No tenia referencias de este Director de Cine del Bierzo ???



CRÍTICA DE CINE
Ejecutivos agresivos
11.05.08 -
ANTON MERIKAETXEBARRIA


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Ejecutivos agresivos
TREPADORES. Juan Diego y Luis Tosar, en una secuencia de la película. / EL CORREO
Primera película estrenada entre nosotros del realizador del Bierzo Max Lemcke -su debut con 'Mundo fantástico' (2004) permanece inédito en las salas comerciales- con una comedia sobre agresivos ejecutivos españoles, influidos hasta las cartolas por las modas imperantes al otro lado del Atlántico. Hombres y mujeres de distinto signo, invitados por el jefe de la empresa donde trabajan a pasar un día en el campo, con imprevisibles resultados. Las relaciones laborales a la palestra, analizadas con espíritu irónico, pero no exentas de mala uva y hasta de dramatismo, puesto que la competencia desleal, los trepadores sin escrúpulos y la deshumanización galopante en muchas empresas, es aquí lo que marca la pauta.

Asimismo, los diálogos de doble filo tienen capital importancia en 'Casual Day', aunque no sea por casualidad, comprobada la intención de su director por conectar con una cierta realidad circundante. Son jefes y empleados, jóvenes y no tan jóvenes -algunos ya con algo de caspa en su gastada chaqueta de Armani- que juegan a llevarse bien, pero que en el fondo se envidian o desprecian, atrapados todos ellos por una cámara tan discreta como implacable. Película de rabiosa actualidad, pues, donde esa conspiración permanente que es el abuso de poder también cuenta.

Un bien conjuntado equipo de intérpretes son los encargados de dotar de consistencia a la trama: algunos recién llegados y otros curtidos en mil batallas cinematográficas. Entre las primeras es obligado destacar a la donostiarra Estibaliz Gabilondo, en el papel de inocente Marta, capaz de asumir sin complejos su reconocible personaje, frágil en apariencia, que ella matiza con delicada intensidad, valga la paradoja. Una actriz en ciernes, de cuerpo entero. Confiemos que de ahora en adelante su silueta forme parte de las películas del cine español.


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Publicado por VRedondoF para CAJON el 5/13/2008 12:17:00 AM
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[Ancestros] (2) El desastre de Trafalgar

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LEÓN
El estallido de la Revolución Francesa y la posterior ascensión al poder de un genio militar y político llamado Napoleón Bonaparte tuvo consecuencias desastrosas para España, gobernada a comienzos del siglo XIX por el monarca Carlos IV y su valido Manuel Godoy, unido por una relación amorosa a la reina María Luisa de Parma. El cónsul galo lograría implicar a nuestro país en una telaraña de estrategias encaminada a controlar todos los resortes políticos en Europa
FirmaTexto: Javier Tomé y José María Muñiz
Napoleón Bonaparte nombra rey de España a su hermano José

Con Godoy a la cabeza, el ejército hispano invadió Portugal en la campaña que fue bautizada como la Guerra de las Naranjas. La aparente victoria constituyó en realidad un fiasco en toda regla, pues se movilizaron miles de hombres y pertrechos para conquistar una sola plaza, Olivenza, aunque momentáneamente la soberbia de los reyes y su protegido quedara colmada.

No tuvieron oportunidad de saborear con calma las mieles del triunfo, pues un nuevo encontronazo bélico entre Francia e Inglaterra acabaría por arrastrar, muy a su pesar, a España. El conflicto quedaba saldado gracias a la victoria de Gran Bretaña en Trafalgar, donde aniquiló a la escuadra franco-española. Los mejores marinos -Gravina, Churruca o Alcalá Galiano- fallecieron en el desastre, mientras que la muerte del almirante Horace Nelson no empañó un triunfo decisivo para sus armas. A partir de Trafalgar el país entraba en una espiral de pesimismo y postración, agravada por la epidemia de fiebre amarilla que se ensañó con la población y las sucesivas crisis de subsistencia causantes de motines por todo el país, con incendios de tahonas y saqueos de almacenes de grano.

Para ensombrecer aún más el panorama, Carlos IV adoptaba en 1805 la peliaguda decisión de prohibir las corridas de toros, tan del gusto popular. Motivos de orden público y los tópicos de barbarie y primitivismo fueron los principales argumentos esgrimidos para tan polémica medida, justo cuando la llamada «fiesta nacional» vivía un momento de gloria gracias a matadores como Pepe-Hillo, Joaquín Costillares o el maestro Pedro Romero, responsable de la muerte de unos cuatro mil astados y más tarde director de la escuela de tauromaquia. Los renglones torcidos de la desidia y el abandono acabaron por pasar factura a un país enfermo de extrema gravedad crónica, como queda patente en el enfrentamiento que estalló entre Godoy y los fernandinos, partidarios de la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, por aquel entonces príncipe de Asturias. Así lo recogen las coplillas que comenzaron a circular por los mentideros de la corte:

Vivir en cadenas, ¡qué bello vivir! Morir por Fernando, ¡qué bello morir!

El motín de Aranjuez

La memoria de la herida abierta en Trafalgar no acababa de cicatrizar, cuando en el mes de octubre de 1807 se produjo un nuevo escándalo en el seno de la familia real. El propio Carlos IV incautó a su díscolo hijo una carta manuscrita de su puño y letra en la que se describía una conjura para derrocar a Godoy, destronar al monarca y coronarse como Fernando VII. Detenido y procesado en El Escorial, donde se hallaba la corte, se supo que había solicitado a Napoleón la mano de su sobrina. Y puesto que un alud de tropas galas comenzaba a entrar en la península, el pueblo llano entendió que el gran Bonaparte apoyaría en sus pretensiones al príncipe de Asturias, una suposición falsa pero que sin duda tuvo su peso en la obtención del perdón real por parte del traicionero vástago. En un intento de abortar esta maniobra que afectaría gravemente a su posición, Godoy corrió también a buscar la bendición de Napoleón, firmando un tratado en Fontaineblau que supuso, de hecho, la absoluta sumisión española a los objetivos e intereses del emperador.

Semejante ceremonial de deshonor convenció definitivamente al corso de que nuestra nación caería como fruta madura en sus manos, así que en el mes de noviembre más de veinte mil hombres al mando del general Junot ya se encontraban en Castilla, dispuestos a invadir Portugal una vez más. En diciembre tomaron Lisboa, lo que no impediría que nuevos regimientos de refresco entrasen en España y comenzaran a actuar como dueños y señores de las ciudades por las que iban pasando. La alarma entre la población pareció remitir ante el motín popular vivido en Aranjuez el 17 de marzo de 1808, levantamiento organizado por Fernando VII y la nobleza para acabar con el odiado Godoy. Los revoltosos entraron en su palacio y acabaron por capturar al favorito, que hubo de ser protegido por una partida de Guardia de Corps del intento de linchamiento perpetrado por la furiosa multitud. Como consecuencia inmediata de los disturbios de Aranjuez, Carlos IV firmaba la abdicación en favor de su primogénito Fernando VII.

Exilio en Bayona

Pero el veneno del poder provocaría que la situación no acabara así, pues el nuevo rey no fue reconocido por el mariscal Murat, llegado a Madrid el día 23 de marzo al frente de un poderoso ejército. Todas las partes enfrentadas solicitaron el arbitraje de Napoleón en la grave crisis dinástica que afectaba a la familia real española, decidiendo el emperador que unos otros y viajasen a Bayona. De esta forma atrajo, con artimañas y falsas promesas, al incauto Fernando, llegado a la capital francesa el 20 de abril de 1808. Y ello a pesar de las advertencias rimadas que le hacían llegar sus fieles:

Ya te lo he dicho, Fernando,

no te vayas a Bayona, que Godoy y Bonaparte te quitarán la corona.

Siguiendo la estela de su hijo arribó Carlos IV, dispuesto a continuar la disputa por la corona española, en la que resultaría una de las páginas más chuscas de nuestra historia por su bajeza e indignidad. Ambos salieron trasquilados, pues Napoleón había decidido expulsar a los Borbones de un trono que sería ocupado por un miembro de su propia familia. Llegadas noticias de lo ocurrido en Madrid el 2 de mayo, y como prueba de su acreditada cobardía y falsedad, Fernando emitía una proclama pidiendo al pueblo que obedeciera a los franceses y a un emperador que acabaría colmándolos de felicidad. El día 10 de mayo, la familia real al completo firmaba su renuncia a la corona en favor de Napoleón, que de inmediato nombró rey de España a su hermano José. El último acto de esta farsa tragicómica se cerraba con la felicitación pública de Fernando a su sucesor José, añadiendo que él mismo se consideraba un miembro más de la gran familia Bonaparte.

Historia y memoria leonesa León, capital del viejo Reino que fuera cruce de culturas, de estilos artísticos y de destinos históricos, contaba a comienzos del siglo XIX con alrededor de 10.000 habitantes. Estaba dividida en trece parroquias y sus edificios más sobresalientes eran la basílica de San Isidoro, relicario en piedra que guarda los restos del santo hispalense, y la Pulchra Leonina , obra maestra de la arquitectura por su delicadeza y originalidad. La ciudad seguía rezumando privilegio y tradición, según evidenciaban las más distinguidas clases sociales. Un grupo de privilegiados que sumaba cerca de 300 personas y en el que se incluían eclesiásticos, caballeros, religiosas, comerciantes y otras gentes decentes y de acreditados caudales. Mucho más abajo en la cúspide ciudadana se hallaban los obreros, menestrales y el numeroso sector de desfavorecidos por la diosa Fortuna que pululaban a la intemperie por calles y plazas. Según estudios de la profesora Patrocinio García, aparecían numerosos cadáveres de personas fallecidas a causa del hambre y el frío, que eran etiquetados con un distante tono burocrático: Pobre que murió en la calle, indica ser de dieciséis a dieciocho años. Se dijo que le habían oído decir que era natural de Santa María del Páramo . O moza que andaba a la limosna y que indicaba ser de quince a dieciséis años; nadie la conoció . Nada que ver, por supuesto, con distintos integrantes de la rancia nobleza avecindada en León, como el vizconde de Quintanilla, el marqués de San Isidro, la marquesa viuda de Inicio, el marqués de Villamenazar o el señor de El Ferral. Otros miembros de las clases altas, cuyos apellidos se perpetuarán a través del tiempo, eran los Azcárate o los Sierra Pambley, relacionados posteriormente con la progresista Institución Libre de Enseñanza. El progreso material alcanzado por la ciudad se hacía patente en la Puerta del Castillo, importante acceso al núcleo urbano costeado a cuenta del común de vecinos, la calzada que partía desde Puerta Moneda, presidida por una estatua de Carlos III, o el puente de Trobajo de Cerecedo. También se acometió por entonces la obra de traída de aguas, tal como informa la Gaceta Pública el día 19 de junio de 1787: el vecindario está recibiendo el beneficio del agua dulce y saludable, por la construcción de una gran obra de cañerías . Se construyeron igualmente las fuentes de San Marcelo y San Isidoro, redondeando el plantel de fontanas las de la plaza de la Catedral y el Mercado que ya estaban finalizadas en 1789, destacando la última por la alegoría que representa a los ríos Bernesga y Torío fluyendo por la capital. En definitiva, León iniciaba el siglo XIX saboreando los gozos y sombras de las complejas cosas sencillas y totalmente ignorante acerca de la semilla del desastre que estaba creciendo en territorio patrio.


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Publicado por VRedondoF para Ancestros el 5/06/2008 12:47:00 PM
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[NOTICIAS] La nueva economía atrae proyectos al Bierzo por 300 millones de euros

DIARIO DE LEON
La nueva economía atrae proyectos al Bierzo por 300 millones de euros

Media docena de empresas tienen muy adelantadas iniciativas relacionadas con la I+D+i
La creación de empleo no superará los 200 puestos, pero todos exigen alta cualificación

R. Arias ponferrada  

Media docena de empresas están a punto de poner o están poniendo en marcha ya en el Bierzo instalaciones fabriles o industriales relacionadas con sectores que hasta ahora eran prácticamente estériles dentro del tejido económico comarcal. Son los relacionados con la bautizada como nueva economía. En el ámbito comarcal la nueva economía se traducirá en el desarrollo de industrias o plantas vinculadas a las energías renovables. Los proyectos que están sobre la mesa de las sociedades que apuestan por esta rama de la nueva economía suman inversiones por encima de los 300 millones de euros.

De hecho, sólo el proyecto global que Endesa tramita para la diversificación generadora de Compostilla II supera los 450 millones de euros. Aunque el único de los tres ciclos combinados de gas que por ahora resultaría viable a tenor de la infraestructura gasística disponible, y que según los altos ejecutivos de la eléctrica podría comenzar a construirse este mismo año, cuenta con un presupuesto de 150 millones de euros. Es tal vez la inversión más relevante de las del conjunto que se ligan a la nueva economía. La segunda más descollante es la que impulsa una institución pública. La Fundación Ciudad de la Energía encargó ya el año pasado a un grupo español Praxair-Foster Wheeler el diseño de una planta experimental de oxicombustión para el secuestro del CO 2 en la combustión del carbón. El importe del contrato superará los 70 millones de euros, aunque su ejecución está pendiente de la aprobación de los permisos de uso del suelo precisamente en el entorno de la térmica de Endesa en el municipio de Cubillos del Sil.

En esa misma dirección -en el eje Ponferrada-Villablino- se sitúan desde principios de año otras dos nuevas instalaciones relacionadas con el aprovechamiento de las energías renovables. En Toreno un grupo de capital local, en el que despunta con más fuerza que otros el empresario Manuel Lamelas Viloria, tiene previsto desarrollar una planta de generación de combustible para las centrales de biomasa a través del reciclaje de la masa forestal de la comarca. La inversión anunciada supera los seis millones de euros.

En la misma zona, casi en una parcela gemela a la que ocuparía Aprovechamientos Forestales, que así se denomina la sociedad encabezada por Viloria, un grupo participado por capital norteamericano, Vecenergy, pretende impulsar una planta de generación de biodiésel a partir de la trasformación de aceites, entre otros materiales. La inversión que se ha difundido desde el Ayuntamiento de Toreno que aparece en los documentos e informes remitidos al Ministerio de Industria para participar de los incentivos del Plan del Carbón asciende a 24,6 millones de euros.

En Bembibre, donde el polígono industrial de San Román se ha quedado ya pequeño a pequeño a pesar de sus ampliaciones, despunta el proyecto más singular. Se trata del promovido por la compañía Cel-Celis para la construcción de una planta vinculada a la energía solar, pero que no se ocuparía de la fabricación convencional de paneles sino a la transformación del silicio en las células que precisamente permiten la transformación del calor del astro rey en electricidad. Cel-Celis ya dispone de una parcela de casi 30.000 metros de suelo completamente explanada para la instalación de una fábrica que costará 35 millones de euros y que estará dotada de una tecnología absolutamente puntera.

Alta cualificación

Este rasgo es precisamente uno de los que caracterizan a todos los proyectos mencionados. La investigación (I+D+I) es una señera de todas las plantas que están en ciernes en la comarca ahijadas por la nueva economía. Lo mismo que la alta cualificación del personal que emplearán unas y otras sociedades, que contemplan la investigación como un vector capital para el desarrollo de sus actividades y en algunos casos para ampliar las perspectivas iniciales de inversión.

Otra cuestión bien distinta es que alguna de las empresas vaya a crear directamente tanto empleo como otras empresas del sector secundario que en la comarca están ligadas ya a las energías renovables y que emplean a más de un millar de trabajadores. Este es el caso de firmas como LM Glassfiber, que ocupa en la fabricación de palas para las torres eólicas, a cerca de un millar de trabajadores, o del grupo Comonor, que se ha convertido en un auténtico monstruo mundial en la producción de los fustes de aerogeneradores, aunque ya tiene en marcha otras iniciativas adicionales en este campo.

En la central de gas que Endesa pondrá en marcha en Compostilla II, en cmabio, no es probable que se ocupen directamente más de una veintena de operarios. En la planta de oxicombustión que la Fundación de la Energía quiere montar en ese mismo espacio trabajarán del orden de una treintena de investigadores. En la factoría de producción de biomasa de Toreno la previsión de puestos de trabajo es de ocho, aunque los promotores preludian un gran impacto laboral en el sector forestal y en el transporte. Algo más de una veintena de trabajadores es lo que prevé que necesitará inicialmente la planta de producción de biodiésel con la que casi se dará la mano. Y en Bembibre, Cel-Celis, según los expedientes remitidos al Ministerio de Industria, calcula que empleará a 35 trabajadores en la fase inicial, aunque la compañía no descarta llegar a más del doble si las células solares encuentran el mercado que todos esperan. En definitiva, alrededor de un centenar de nuevos puestos de trabajo, a los que se unirían otros tantos en la Ciudad de la Energía. Eso sí, todos muy exigentes en cuanto a la cualificación técnica de los aspirantes.


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Publicado por VRedondoF para NOTICIAS el 5/04/2008 11:28:00 AM
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[Ancestros] «Noticia a todos los pueblos de la provincia de León»

«Noticia a todos los pueblos de la provincia de León»


«Llegó por fin, honrados Leoneses, el suspirado día en que tomando las armas; acreditéis al universo que sois hijos dignos de los Héroes que en otro tiempo lo aterraron. Ya estamos en este feliz día en que el Dios de los Ejércitos puso en nuestras manos la defensa de su Ley y de la Patria. Su infalible Providencia que ha encendido el noble fuego que abraza vuestros corazones, preparaba la ocasión que os presenta para que desfoguéis el torrente impetuoso de vuestro patriotismo. Su Omnipotencia os protege, y nadie vence al que es omnipotente. Su sabiduría os ilumina, y nunca desampara al que defiende la justicia. Como la atroz perfidia que han cometido con nosotros los franceses excede todos los grados conocidos de la maldad del corazón humano, solo el autor del mal en el universo puede pintárosla con el horrible aspecto que se merece para excitar vuestra justa indignación. Patria, Religión, familia, propiedades, todo perece en manos de estos viles traidores. Corramos precipitadamente a oponernos a tan sacrílega usurpación. Es segura la victoria. Solo ellos confían en nuestra inacción llamándonos Leones dormidos: tiemblen al ver que hemos despertado. (...)

Todas las provincias que antiguamente compusieron el glorioso Reino de León no aguardan más que les intimemos la rendición para unirse a nosotros y defender la causa de Fernando o de nuestra independencia. Suplid con vuestra pronta preparación las dilaciones necesarias, que exige el arreglo de un buen orden para lograr con fruto el fin honrado a que aspiramos. Lograrémosle sin duda, porque al alma fuerte todos son recursos. No tememos morir en defensa de la Patria, y a quien no teme morir, nada importan los intereses. Corred, volad. Rugió el León: todo el mundo tiemble».

(Primera sesión de la Junta del Reino de León, datada el 1 de junio de 1808)


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Publicado por VRedondoF para Ancestros el 5/02/2008 01:10:00 PM
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[CAJON] y2a -Padre Julio (Coleg.Dioce. San Ignacio)

Padre Julio: "Aún hoy, al oír 'Colegio San Ignacio', los ojos me brillan; ha sido todo para mí"

El Padre Julio, en una reciente imagen a las puertas de su "segunda casa". [Foto: F.G.C./EBD.Com]
Son las sinceras y emotivas palabras de Julio Morán Ramírez, el "Padre Julio", toda una institución académica en Ponferrada y El Bierzo, con quien EBD.Com ha compartido un agradable encuentro con motivo del 50 aniversario del emblemático centro...
Actualizado el 01/05/2008 a las 14:13(CET)

J. A. F. / F.G.C. · EBD.Com


ELBIERZODIGITAL.Com.- Se cumplen 50 años del Colegio Diocesano San Ignacio, un centro en el que usted ha permanecido buena parte de ellos. A bote pronto, y de momento sin entrar en mayores detalles, ¿qué imagen o recuerdo le viene a la mente ante este 50 cumpleaños de la institución?
PADRE JULIO.- El 50 aniversario del CD San Ignacio de Ponferrada es, ciertamente, un acontecimiento altamente positivo. Son muchos años durante los cuales el Colegio, con sus profesores, sacerdotes y seglares, muy cualificados, han educado e instruido a miles de alumnos y alumnas cuyos padres depositaron su confianza en nuestro centro. Es, pues, justo, reconocer y celebrar en estas fechas los grandes logros que se han conseguido a través de estos 50 años, a pesar de las trabas de todo tipo que se han puesto a los colegios concertados, especialmente a los de la Iglesia. Por todo ello, para mí, que he tenido parte en el desarrollo de la actividad docente y de dirección en la Administración y Secretaría, es una alegría que se dé a la luz la verdad de todo lo que se ha realizado durante estos 50 años, y que esta alegría mía sea, a la vez, compartida con la Dirección actual del Colegio, profesores, padres y alumnos.

EBD.Com.- Si de instituciones hablamos, decir 'Padre Julio' en Ponferrada y El Bierzo es algo ya institucionalizado…
P. J.- Si esta afirmación es verdad, pues que siga así; por mi no hay inconveniente.

EBD.Com.- Nos ha contado un pajarito que, si bien usted se formó y enseñó Leguas Clásicas -Latín y Griego-, su verdadera pasión son las Matemáticas…
P. J.- Supongo que el que os ha contado tal cosa no sería un Papagayo parlanchín, sino alguien que sabía bien mis inclinaciones y aficiones por las ciencias exactas; pero ya sabemos, y por eso lo recuerdo: "El hombre propone y Dios dispone", y así aconteció con mi permiso para hacer los estudios. En las altas esferas me cambiaron los planes: "Irá a Salamanca con otros dos compañeros a estudiar en la Pontificia Lenguas Clásicas". Terminados mis estudios, mi destino fue el CD San Ignacio para dar las clases de Latín y Griego, y otras actividades.

EBD.Com.- ¿Qué recuerda de su infancia en San Román del Valle, su natal y zamorano pueblo?
P. J.- Mis recuerdos de la infancia en mi pueblo natal de San Román del Valle son muchos y variados. Recuerdos de la escuela, de la Iglesia como monaguillo, recuerdos de los juegos populares, el frontón, las cuatro esquinas, la peonza, etc. En la peonza había mucha competición, hasta tal punto que había una competición de habilidad, y allí aprendí a bailar la peonza directamente en la mano, sin que se cayera al suelo. Esta habilidad se la hice yo ver a los niños en el patio del Colegio y quedaban maravillados y hacían corro en torno a mí para que la repitiera una y mil veces.

EBD.Com.- Y de su años en el Seminario de Astorga, ¿qué nos dice?
P. J.- ¿Qué decir de los años del Seminario? Recuerdos también, muchos y variados, alegres y felices unos, tristes y difíciles otros; años de intenso estudio y ejercicios de una disciplina rígida y también de una alegría y esperanza enorme en conseguir la meta: el Sacerdocio, que al fin llegó para mí el 16 de junio de 1957.

EBD.Com.- El Bierzo fue su primer destino como párroco, y más en concreto el Valle de Fornela. ¿Qué nos cuenta de aquella primera experiencia ejerciendo el sacerdocio?
P. J.- Sí, mi primer destino como sacerdote fue de Párroco del Valle de Fornela, en concreto residí en Peranzanes, capital del Valle. ¿Cómo llegué a tal Valle, que no conocía de nada? En Ponferrada monté en el tren de vía estrecha de la MSP con dirección a Villablino y en la estación de Páramo del Sil me esperaba el cartero del Valle con un caballo que el Sr. Alcalde me había enviado para que llegara hasta Peranzanes. El cartero, muy amable, me saluda y me dice: "hay que ponerse en camino, que es largo y duro". Caminamos una, dos, tres horas. Se me hacía interminable el camino, y en la mitad del trayecto una enorme tormenta de montaña nos puso como chuzos.

Primera noche en Peranzanes y primer sobresalto a las 8 de la mañana, voces por la calle: "Fai lumen" -hay fuego- en Trascastro; todos corriendo para Trascastro, en donde está enclavado el Santuario de Nuestra Señora. Apagado el fuego, todos a misa al Santuario y allí la primera misa; al finalizar, me presento ante el Sr. Alcalde y demás autoridades del Valle. Mi experiencia en el Valle de Fornela como sacerdote fue muy positiva y allí más que en el Seminario comprendí cuánto había que trabajar en la evangelización de los pueblos. La religiosidad y la Fe de aquellas gentes era buena, pero un tanto tradicional y en varios asuntos llena de supersticiones. Las gentes buenas, humildes y sencillas. Guardo gratos recuerdos del Valle de Fornela.

EBD.Com.- Si algo hay que a usted le apasionaba en sus años en el Colegio era el deporte y que los chavales lo practicaran. De hecho usted fue un claro e importante impulsor de la práctica del fútbol, baloncesto, halterofilia y atletismo en San Ignacio, y con buenos resultados. Háblenos un poco de aquellos anónimos alumnos del centro que acabaron destacando e incluso convirténdose en referentes del deporte a nivel nacional e internacional…
P. J.- Sí, siempre, ya desde el Seminario, fui muy partidario del deporte en todas sus facetas. Por eso cuando llegué al Colegio quise que todos los alumnos practicaran alguno, y también pensé que, por medio del deporte, entraba en contacto con mayor número de alumnos mostrándome a ellos como un padre y un amigo. Hubo muchos años en los que el deporte del Colegio sobresalía a nivel local, provincial y regional. Numerosos alumnos sobresalieron: en Halterofilia, cuyo monitor, director y presidente fue mi queridísimo José Luis Sáez (Q.E.D.); sobresalieron, entre otros muchos, Pedro Muñoz, hoy actual alcalde de Toreno, y el actual entrenador en Camponaraya, Isaac. En Atletismo sobresalió entre todos Colomán Trabado. En Fútbol, entre otros, recuerdo a Ramos, que con el equipo Infantil jugó la final de los Juegos Escolares del año 75, contra la Universidad de Cheste (Valencia). Vencieron los de la Universidad, quedando el equipo Infantil del CD San Ignacio Subcampeón nacional. Este partido se jugó en Miranda de Ebro, Campo del Mirandés. Tengo que nombrar aquí a Manolo Peña, que fue jugador del Valladolid, Zaragoza y luego también de la Ponferradina, como también lo fue Ramos. Por último diré que también tendría que nombrar aquí a un gran número de buenos jugadores.

EBD.Com.- ¿Había ya de aquella esa rivalidad entre Ponferrada y León (Deportiva-Cultural) en el mundo del deporte?
P. J.- Yo no recuerdo tal rivalidad, pero sí que había mucha rivalidad por aquel entonces entre la Ponferradina y el Atlético Bembibre, al estar los dos equipos en Tercera División. A nivel local, en todos los deportes, la rivalidad era entre el CD San Ignacio, el IES Gil y Carrasco y lo que entonces se conocía como La Sindical.

"¿El sistema educativo actual? Echad una mirada a las estadísticas de la Educación y veréis el panorama.
No digo más"

EBD.Com.- ¿Qué opina, a nivel general, del actual sistema educativo en comparación con otros anteriores y que ha usted le cogieron en plena actividad docente?
P. J.- El sistema actual educativo, en comparación con los anteriores, no tiene similitud alguna. Había reválida de cuarto, sexto y preuniversitario -después COU-. Aquel sistema educativo era exigente, respetuoso y responsable. Profesores y alumnos se respetaban, los padres confiaban y daban responsabilidad a los profesores. En el sistema actual todo es permisibilidad, los resultados ya los estamos contemplando. Echad una mirada a las estadísticas de la Educación y veréis el panorama. No digo más.

EBD.Com.- Nos cuentan que hasta se recogía la sotana en el patio del Colegio para exhibir sus cualidades en el juego del frontón, ¿ficción, realidad, leyenda urbana?
P. J.- No es ficción, es realidad. En los primeros cursos de mi estancia en el Colegio sí vestíamos sotana los curas, y yo jugaba mucho en el patio con los chicos al frontón y al fútbol, y para mayor comodidad la recogía hasta la cintura.

EBD.Com.- Según nuestras fuentes de información para la realización de esta entrevista, parece ser que a usted le gustaba otro "deporte", que se practicaba y se practica sentado, junto con otros tres compañeros, a los que de cuando en vez hay que guiñar el ojo y, cómo no, envidar...
P. J.- Sí, en los últimos años, de vez en cuando, practicaba ese otro "deporte" al que vosotros os referís: el Mus. En los primeros cursos no había tiempo para partidas.

EBD.Com.- Mójese y denos su opinión sobre la situación política actual que vive nuestro país. ¿Qué le parecen nuestros políticos, los más cercanos y los más lejanos?
P. J.- Respecto a este punto no digo ni "mu".

EBD.Com.- ¿Y de la situación actual de la Iglesia como institución?
P. J.- La Iglesia sigue hoy como siempre, su misión evangelizadora apoyada y dirigida en los sucesores de los Apóstoles. Durante los dos mil años de su existencia, y a pesar de los altibajos y persecuciones. La Barca de Pedro nunca ha zozobrado ni zozobrará. La Iglesia actual sigue firme como institución.

EBD.Com.- En lo que al asunto culinario se refiere, ¿es de los que anda ya con el pescado cocido, sin sal, entre verduras y demás, o todavía puede permitirse sentarse a la mesa cara a cara con un buen botillo?
P. J.- Sí, actualmente en algo sí me privo, pero todavía y en alguna ocasión hago algún exceso cuando está el botillo en la mesa.

"El trabajo y el esfuerzo es para los tontos.
Así piensa la sociedad actual"

EBD.Com.- Últimamente se escuchan anuncios publicitarios del tipo "aprenda idiomas sin esfuerzo", "aprenda a tocar la guitarra sin esfuerzo", etc. ¿Cree usted realmente que sin esfuerzo se pueden alcanzar metas en la vida?
P. J.- Creo que todos esos anuncios son consecuencia de la laxitud de la sociedad en que vivimos. Todo lo debemos conseguir sin trabajo y sin esfuerzo alguno. Todo nos debe llegar por la suerte: la quiniela, la lotería, etc. El trabajo y el esfuerzo es para los tontos. Así piensa la sociedad actual.

EBD.Com.- ¿Cómo transcurre actualmente un día de su vida cotidiana?
P. J.- Mi vida cotidiana, dada mi situación actual, es muy sencilla y simple. Me levanto, desayuno, rezo, salgo, compro la prensa y leo especialmente los columnas de opinión. Alfonso Ussía, Gabriel Albiac, César Vidal, y algunas veces los temas jurídicos de nuestro ex alumno Enrique López (Portavoz del Consejo General del Poder Judicial). Por las tardes salgo a dar un paseo. Y así un día y otro.

EBD.Com.- Usted se pasaba horas y horas, lloviese, helase o granizase, en los hoy llamados Campos Ramón Martínez -antiguas Escombreras-, no se perdía un partido de fútbol ni allí ni en la televisión. ¿Persiste a día de hoy esa pasión?
P. J.- Sí, es cierto todo lo que estáis dieciendo, pero el tiempo no pasa en balde. Todo aquello ya pasó. Ahora me limito a ver algunos partidos de baloncesto y fútbol por la tele.

EBD.Com.- ¿Y la pasión por el baloncesto? ¿se la inculcó su madre o viceversa? No en vano, sabemos de buena tinta que su madre era toda una entusiasta del baloncesto...
P. J.- Con mi madre en Ponferrada veíamos todos los partidos de fútbol y baloncesto televisado, especialmente los del Real Madrid, y así, poco a poco, mi madre se aficionó y en particular al baloncesto, porque ella decía que era más movido y había muchos "goles", cosa que no había en el fútbol. En el equipo de baloncesto del Real Madrid había un jugador por el que sentía una especial simpatía, J. A. Cobalán, al que cariñosamente le llamaba "El Coco", por su habilidad con el balón en las manos.

EBD.Com.- ¿Echa de menos la enseñanza y el contacto diario con los alumnos?
P. J.- Realmente no eché de menos el contacto con los alumnos, porque después de mi Jubilación seguí en el Colegio en la Secretaría y Administración, y más o menos tenía alguna relación con el alumnado en las matrículas, recibos y deportes. Luego, después de mi accidente, mi relación con el Colegio quedó muy limitada y más con los alumnos, y como el tiempo todo lo borra, hoy día ya, ese contacto ha desaparecido desgraciadamente.

EBD.Com.- ¿Podría por fin darnos la respuesta a aquella popular pregunta que hacía a sus alumnos año tras año, planteada en los siguientes términos: "Cuántas plumas tiene un búho, sabiendo que tiene 100 en el rabo"?
P. J.- Era un recurso pedagógico que usaba yo en algunas ocasiones para tener a los alumnos intrigados algunos días y atentos a lo que se estaba explicando. La solución "Mister X".

EBD.Com.- ¿Cuántos dedos de frente hay que tener para poder estudiar Latín?
P. J.- Al menos cuatro y algo más.

EBD.Com.- ¿Algunas anécdotas siendo usted profesor de San Ignacio o durante el ejercicio del Sacerdocio?
P. J.- Como sacerdote en Peranzanes, tengo dos de las que recuerdo con frecuencia, habría muchas más.

Primera: Domingo de Ramos del 58, salgo de casa con mi caballo galopando hacia Guímara y Chano para decir las respectivas misas; por el camino había que cruzar una presa de agua que por la mañana, al pasar yo, no traía agua. Al regresar con el caballo a galope ascendía para la presa, y al llegar, con la presa rebosante, el caballo se paró bruscamente y el "caballero" salió volando y aterrizó en mitad de la presa, me puse mojado como un pato. Había un día con un sol radiante. Cuando llegué a casa de esa guisa, le dije a mi madre: "¿pero, aquí no ha llovido? En Guímara y Chano llovía a chaparrón y sigue lloviendo, mire como vengo de mojado". Mi madre se lo tomó a broma.

La segunda tiene más gracia. Un panadero de Anllares del Sil subía con pan a Peranzanes. El sacerdote de este pueblo había estado unos días conmigo y al regresar se dejó olvidado en mi casa el Breviario. Entonces le dijo al panadero: "vas a casa de D. Julio y que te dé mi Breviario". Llegó a casa, y a mi madre, que estaba sentada al sol a la puerta, le dijo: "El Cura de Anllares me mandó que le pidiera a D. Julio el vergajo. Mi madre, asombrada, me llamó y yo salí ya con el Breviario en la mano y se lo entregué. Mi madre y yo nos reímos hasta cansarnos, etc., etc.

Como profesor en el Colegio, también tengo dos y las dos con los mismos alumnos:

Primera: Voy a clase de Latín a 3º de Bachiller. Estos no sé como se enteraron que era mi cumpleaños, entro en clase, rezamos y nos sentamos; en ese momento dos alumnos bajan las persianas, nos quedamos a oscuras y al momento otro alumno enciende las luces y cantan el "Cumpleaños Feliz" y a la vez todos y cada uno sueltan un pájaro que llevaban en el bolsillo y así me felicitan, con 10 ó 12 pájaros revoloteando por la clase hasta que se abrieron las ventanas y tomaron su libertad.

Segunda: Mismos alumnos-PREU, fin de curso y fin de PREU. Habíamos traducido en Griego parte de algunos Cantos de La Odisea de Homero. Los versos exámetros los mediamos rítmicamente. Último día de clase, varios alumnos llegan con sus guitarras y para despedirnos recitamos en alta voz y rítmicamente en compañía de la música de las guitarras. Esos fantásticos alumnos también ponían fin a su estancia en el CD San Ignacio.

EBD.Com.- Pregunta - respuesta...

¿Su comida preferida? - Pichones guisados "a la carta de mi madre".

¿El libro que recomendaría? - Jesús de Nazaret-Benedicto XVI.

¿Un personaje que le haya marcado? - Juan Pablo II.

¿Su deporte favorito? - El fútbol.

¿Un lugar para visitar? - Sin lugar a dudas, Jerusalén, Roma.

¿Su equipo de fútbol? - CD San Ignacio y Real Madrid.

¿Una canción? - Mi carro me lo robaron (Manolo Escobar).

¿El mejor jugador de fútbol de todos los tiempos? - Raúl González (Real Madrid).

¿Un atleta? - Colomán Trabado.

¿Un músico? - Amancio Prada.

¿Una película? - Ben-Hur.

EBD.Com.- Y por último, ¿qué ha sido para usted el Colegio Diocesano San Ignacio de Ponferrada?
P. J.- Ha sido mi segunda casa. Han sido muchos años de trabajo, de convivencia con compañeros sacerdotes, con profesores seglares, padres y alumnos. Fiestas cada curso, viajes de fin de curso a Roma y por toda España. Años inolvidables. Tan profundo lo llevo en mí, que estando en Ponferrada, no ha habido un solo día en el que yo no fuera al Colegio aunque no hubiera clase. Iba por la mañana, por la tarde, abría el Colegio, me sentaba en la Secretaría, pasaba un rato allí y ya quedaba tranquilo. Ha sido todo para mí. Aún hoy, al oír "Colegio San Ignacio", los ojos me brillan.

Termino con un minuto de silencio y una oración por todos aquellos compañeros sacerdotes, profesores seglares, padres y alumnos que ya se nos fueron; Descansen en Paz. -Amén-.

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BIOGRAFÍA JULIO MORÁN RAMÍREZ
Fecha de nacimiento: 23 de abril de 1932.
Lugar: San Román del Valle - Ayuntamiento. de Villabrázaro, Provincia de Zamora; partido Judicial Benavente y Obispado Astorga -"ésta era la forma en que nos enseñaban, en la escuela del pueblo, a situar nuestra localidad"-.
Sus padres se llamaban Quintiliano Morán y Quirina Ramírez. Cuando tan sólo tenía 4 años, su padre falleció. Es el tercero de cuatro hermanos. En septiembre de 1945 ingresó en el Seminario de Astorga, por mediación del maestro del pueblo, a la edad de 12 años. Allí estuvo hasta el año 1957, en el que fue ordenado Sacerdote. El día 18 de junio de 1957 cantó misa en el Convento de San Román del Valle. Su primer destino como párroco fue en el Valle de Fornela: Peranzanes, Chano, Guímara, Trascastro y Faro. Allí estuvo más o menos cinco años, hasta que en el año 1962 pidió permiso al Sr. Obispo para poder ir a estudiar a la Pontificia de Salamanca, donde se licenció en Clásicas. Sobre el año 1965 llegó al Colegio Diocesano de San Ignacio, y allí permaneció en su labor de Profesor y de Administrador del Centro.

Estaba a gusto con la actividad que tenía, y después de jubilarse como Profesor, continuó como Administrador del Colegio hasta que un fatídico día 3 de abril del año 2002, una persona imprudente le truncó su actividad, debido a un accidente del que le han quedado unas secuelas que le impiden continuar con su vida cotidiana de trabajo; aunque, gracias a Dios, él se defiende bastante en la vida diaria y desde ese día se encuentra viviendo en León.



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Publicado por VRedondoF para CAJON el 5/01/2008 09:36:00 AM
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