Los bandazos del Gobierno en todo lo que se refiere al marco legal de las energías renovables ha terminado por arruinar al sector, hasta el punto de que las ventas de aerogeneradores están prácticamente paralizadas: se han desplomado un 80% y amenazan con seguir cayendo hasta cero.

El Gobierno de las energías verdes ha terminado convirtiéndose en la oveja negra de las renovables. Al menos, eso dicen los números, que constatan la total paralización del sector.

El año pasado, todo la industria eólica nacional ni siquiera alcanzó la cifra de 300 megavatios vendidos, cuando la media suele oscilar entre 1.500 y 2.000 megavatios. Es decir, las ventas han caido un espectacular 80%.

Este literal desplome es culpa de la falta de legislación a partir de 2013, ya que el Gobierno todavía tiene pendiente aclarar cuáles van a ser las tarifas que se aplicarán a partir de ese año.

En este negocio, los pedidos de aerogeneradores (los famosos molinillos) se hacen con uno o dos años de antelación. Pero, como el Ejecutivo todavía no ha desarrollado la normativa que regirá a partir de 2013, nadie se atreve a hacer pedidos, porque desconoce cuáles van a ser las bases del negocio.

Esto hace que la industria esté prácticamente paralizada y corra el riesgo de que, en los próximos meses, ningún fabricante de aerogeneradores sea capaz de vender ni un sólo molinillo.

De hecho, gigantes como Gamesa o Acciona están concentrando sus esfuerzos en el mercado internacional, ante la falta de negocio en nuestro país. Un atajo para sus propias cuentas de resultados, pero un callejón sin salida para el país, ya que los aerogeneradores son uno de los pocos campos industriales con valor añadido donde España es líder mundial.

Situación agónica

La señal de alerta que se ha desatado con el desplome de las ventas del 80% es sólo la punta del iceberg, ya que en los 300 megavatios vendidos se incluyen todavía pedidos dirigidos a cubrir los parques que han entrado en el registro de preasignación para los años 2011 y 2012.

El gran problema llegará cuando se cubra esta demanda. Entonces se producirá el colpaso total. "Nadie se atreve a hacer un pedido hasta que no se conozcan las nuevas tarifas, por eso, cuanto más tiempo siga retrasándose la normativa, peor será para el sector, porque la inversión está completamente parada", denuncian desde una compañía afectada.

La situación es tan grave, que la Asociación Empresarial Eólica, en la convención anual que celebra esta semana, prevé sacar a relucir las cifras que demuestran esta paralización de las ventas.

De hecho, éste es uno de los argumentos que van a poner sobre la mesa en las negociaciones que mantienen con el Ejecutivo, para sensibilizarle sobre la necesidad de desarrollar cuanto antes el nuevo marco normativo.

Llueve sobre mojado

A la agónica situación que viven las renovables, se une la mala experiencia del pasado reciente, con cambios legislativos a mitad de partida y falta de seguridad jurídica.

Las primeras consecuencias ya se han sentido: sólo en 2009 se perdieron 5.000 puestos de trabajo, número que podría haberse elevado en 2010, ya que el incremento del 8% en el número de megavatios instalados fue la menor cifra de crecimiento en siete años.

Por desgracia, todas estas cifras amenazan con quedar en una mera anécdota si el Ejecutivo no acelera la nueva normativa, ya que entonces el número de megavatios instalados será cero, como ya está anticipando la falta de venta de aerogeneradores.