El ciprés y la vida | El Correo Gallego
JOSÉ MANUEL GARCÍA IGLESIAS - CATEDRÁTICO DE ARTE
Las clarisas de Villafranca del Bierzo guardan celosamente, en su huerto un singular ciprés. Los entendidos en la materia lo reconocen como el más antiguo de España y el más alto de Europa, ocupando, por ello, un puesto deferente entre los Cipreses monumentales, Patrimonio del Mediterráneo.
Cuando uno se acerca a esta población leonesa, en el Camino de Santiago, puede divisarlo, cerca de ese convento que, un día, ocupó el lugar del antiguo hospital de San Roque. Fue don Pedro de Toledo y Osorio, marqués de Villafranca, quien, en 1606, puso en marcha esta historia, siendo una hija del marqués quien estuvo al frente de la primera Comunidad.
Hace veinticinco años eran más de treinta las clarisas que habitaban -con su vida en clausura- este convento que se conoce como La Anunciada. Allí, desde un primer momento, a los pies de su iglesia, se ubicó el Panteón de los Marqueses, presidido por la tumba de don Pedro. Sobre dicho lugar se asentó, a través de los siglos, el rezo coral de quienes dan sentido, en este sacro lugar, a su vida en común.
Hoy son, tan sólo ocho las que lo habitan. Todas ellas son de edad muy madura. Es admirable su fe y su constancia. Allí siguen, haciendo obras, en la corta medida de sus posibilidades, que mejoren su modo de orar, ahora cerca del altar, discretamente guardadas, a un lateral del presbiterio.
El ciprés es un árbol cuyo simbolismo se vincula con la muerte y ellas, las clarisas -que viven desde siempre, aquí, orgullosas de ese árbol que las distingue-, están, sin embargo y a pesar de su edad, llenas de vida y esperanza. Porque ellas esperan, pacientes, tiempos mejores para una comunidad.
En estos días, en los que nos deseamos todos unas felices fiestas y un próspero 2008, les felicitamos a todos ustedes y, si me lo permiten, de un modo particular, a las clarisas de Villafranca, guardianas de tantos hermosos valores.
A. Monterira - LA WEB DE LOS ARBOLES SINGULARES DEL BIERZO